Quise alzar la voz pero me di cuenta que no era lo suficientemente potente para llegar al otro lado del mundo, intenté proyectarla, pero cualquier intento fue en vano. Me sentía pequeña, indefensa, incapaz de tomar decisiones por mi cuenta. Quería a toda costa entender esta maldita vida. Grité hasta quedarme muda una y otra vez. No tenía ganas, como ella me dijo: “Ya está, te rindes así sin más”. Entonces me acordé de una canción de Alejandro Sanz: “Tú no tienes ganas y yo me muero por darte las fuerzas que hagan falta…¿ Cómo tienes cara de abandonar la batalla?”. 

Tras esta reflexión, me encaucé en un viaje lleno de aventuras y en el camino, me encontré una súper mamá con poderes extraordinarios, que muchas personas no saben cómo utilizar. Me encontré el reflejo del dolor camuflado por la sonrisa y el sentido del humor. Me encontré con la lucha interna y supe en aquel momento que tenía mucho que aprender de la vida. 

Tenía que aprender a valorar lo que tengo, a no quejarme tanto por cosas que no tenían sentido, a valorar el día a día, porque en cualquier momento el mundo podía dejar de girar. ¿Y saben qué se siente cuando el mundo se para? Se siente un vacío en tu interior, un quiero pero no puedo hacer nada, pues no está en mis manos. Esta súper mamá, al igual que todas las demás, intenta cada día con su esfuerzo mover el mundo, con aliento, con paciencia, con tesón, con una sonrisa, aunque a veces se derrumbe en privado… 

¿Qué cuál es el motivo? El motivo es un lunático, un mini lunático que pisa la luna con más fuerza que todos nosotros. Un lunático que lucha cada día contra nuestro peor enemigo. 

Hoy quise alzar mi voz, pero me di cuenta de que era demasiado bajita, demasiado pequeña para alcanzar a todo el mundo. Me di cuenta que para proyectarla fuertemente tenía que seguir caminando, vivir, sobre todo vivir. Me sentí culpable de maldecir esta puta vida, yo, sin motivos, sin sentido, aunque con sentimientos. 

Por eso, hoy mi post va dedicado a todos los astronautas que luchan cada día por la vida. A todos los valientes, porque ellos sí lo son. Nosotros simplemente aprendices continuos de ella. A todas las madres, padres, familiares que sufren en silencio y aún así, teniendo tanto dolor, lucen su mejor sonrisa. 

A los médicos, especialistas, enfermeras… A los miles de héroes anónimos que ven cada día la vida con otro color. 

Pensamos que el dolor más grande que podemos sentir es la desilusión de un desamor, pensamos que el dolor más grande que podemos sentir es saber que nos quitan el pan nuestro de cada día. Pensamos que la vida nos da palos de ciego, nos humilla, nos hunde en la mierda… Pensamos que la vida no tiene sentido. ¿Nosotros? Que no vivimos con la agonía de ver cada día a nuestro hijo en uno de los hoteles más frecuentados del mundo. Nosotros que lloramos por un simple puto mal día… Nosotros no somos conscientes de lo que significa la palabra vida. 

¿Quieren saber lo que es la vida? 

La vida son pequeños lunáticos que sueñan con ser marcianos. 

Dedicado a todas personas que fueron besadas por el señor cáncer. Y aún sintiendo el beso más amargo de la vida, nos enseñan cada día a luchar por esta. Dedicado a ti, por seguir dándole cuerda a un mundo que se te paró hace unos meses, por enfundarte el traje de luchadora, por reír, sobre todo por reír. 

¡Que ganen las risas las batallas!