12 December 2023  /  María Arévalo

Nos encontramos en una de las épocas del año que no deja indiferente  a nadie. Es una época con mucha carga emocional. Ya lo comentó el presidente  de Estados Unidos Calvin Coolidge al decir que “La navidad no es un momento  ni una estación, sino un estado de la mente/ánimo”. 

Generalmente, la NAVIDAD se asocia con aspectos positivos como  ilusión, alegría, regalos, magia, decoración, reencuentros, compartir con la  gente que queremos, etc. Pero no tiene el mismo significado para todo el mundo.  Para algunas personas la Navidad significa Tristeza, añoranza, falta de ilusión,  vacío, etc. En esos momentos, la navidad deja de ser atractiva, e incluso se  desea que esas fiestas no existan o que pasen lo más rápido posible (todos  hemos escuchado el típico comentario “ojalá me despertara mañana y fuera 7  de Enero”). 

Pues bien, para aquellas personas que la Navidad no tiene un significado  tan positivo vamos a dar algunas herramientas para afrontar estas fechas de la  mejor manera posible. 

NO FUERCES LO QUE NO SIENTES 

Hay que tener en cuenta que la Navidad no tiene que ser una época de  felicidad para todo el mundo (aunque es lo que nos inculcan y lo que nos  hacen creer a través de las películas, anuncios, etc.). Cada persona va a  tener emociones y sensaciones distintas, según: 

Los acontecimientos más recientes que hayan ocurrido en su vida y  también su estado de ánimo (estar atravesando un duelo, que alguien  cercano esté hospitalizado, que un ser querido esté viviendo en otro país,  sentirte solo, estar padeciendo una enfermedad, problemas de ansiedad  o depresión, etc.). 

Los recuerdos que tengan de su Navidad durante la infancia. 

¡OJO! El problema es cuando las personas se obligan a sentirse bien, ya que si  forzamos un sentimiento que no tenemos el malestar aumenta. 

No hay una forma correcta o incorrecta de vivir la Navidad, lo que hay  son circunstancias que van a condicionar la forma en la que vamos a vivir esa 

época del año (quizás este año o siempre ej. tenías un viaje preparado para ir a  ver a tu familia, pero se te presenta un problema de salud que te lo impide.  Quizás este año no puedes disfrutar la navidad como te gustaría, pero el año  que viene puede que si). 

La Navidad y el cambio de año generan muchas emociones y, a veces,  contradictorias. Se siente desde alegría e ilusión hasta tristeza y  añoranza. 

Todas esas emociones intensas tienen lugar en un periodo de 1 mes,  encontrándonos en una montaña rusa constantemente, lo que puede  dificultar la gestión de dichas emociones, y desembocar en agotamiento  emocional. La Navidad es una época de prisas, ya que se viven  numerosas experiencias en un corto periodo de tiempo.  

¿PORQUÉ LLEGA A NO GUSTAR LA NAVIDAD? 

Son varias las razones que pueden llevar a que la Navidad NO resulte  atractiva: 

  1. La soledad o el duelo suelen ser las razones más frecuentes. Estar  atravesando un duelo (pérdida de un ser querido, pérdida de trabajo,  separación, etc.) hace que las navidades se vivan de forma negativa. Como hemos dicho antes, hay circunstancias que marcan futuras  dinámicas. Ej: Hay casas en las que la Navidad ya no es lo mismo desde  que faltan ciertas personas. La ausencia de nuestros seres queridos se  hace más evidente en esta época (Síndrome de la silla vacía). 
  2. Como consecuencia de la época estacional. Las pocas horas de sol y  frío (días más cortos) influyen negativamente en algunas personas,  afectando a su estado de ánimo. 
  3. Lo que los profesionales llaman el síndrome del villancico: el estrés  provocado por la gran cantidad de estímulos a los que estamos expuestos  de forma continua durante un mes y algo a nivel visual y auditivo (luces,  anuncios, villancicos, etc.), también el estrés que conlleva organizar las  fiestas, la compra de regalos, el cumplir con compromisos, las continuas  reuniones sociales en las que tienes que “estar bien si o si” aunque tengas  que reunirte con personas con las que tienes algún tipo de tensión, etc.

Con todas las cenas, compromisos, etc. se puede alterar la rutina habitual  de sueño dando lugar a que el cansancio se acumule y nos encontremos  más sensibles (tristeza, enfado, ansiedad, etc.). 

  1. Expectativas: querer tener unas Navidades idílicas como las que nos  vende la tele, las redes sociales, etc., cuando las circunstancias o los  sentimientos no nos lo permiten, es un error que terminará incrementando  el malestar y la sensación de frustración. 

EMOCIONES QUE PUEDE DESPERTAR LA NAVIDAD 

ILUSIÓN 

Es la palabra que mejor define la cara de los niños en esta época del  año cuando ven una imagen de Papá Noël o de los Reyes Magos, cuando  montan el árbol de navidad, cuando pasean por las calles iluminadas, cuando  escriben la carta a los Reyes, cuando abren los regalos, etc. 

Los niños nos contagian de ilusión. 

También hay muchos adultos que sienten ilusión ante la llegada de la  navidad y lo que implica (árbol, regalos, reunirse y compartir con seres  queridos). Son fechas que invitan a reencontrarse con personas que viven  lejos y durante el año se hace difícil verlos. 

AÑORANZA 

Ver a los niños ilusionados nos hace (1) añorar aquellos años de la  infancia en los que se disfrutaba como ellos. También es una época en la  que (2) se recuerdan y se comparten escenas y costumbres en las que  estaban presentes personas que a día de hoy no están con nosotros y las  echamos de menos, y aunque no nos olvidamos de ellas, en Navidad las  recordamos aún más. 

TRISTEZA 

La tristeza la experimentamos cuando perdemos algo. Por eso no es  raro que este sentimiento aparezca en Navidad, de hecho, nos damos cuenta  conforme vamos creciendo, ya que las circunstancias cambian, hay personas  que faltan, algunas costumbres se van perdiendo, etc. 

ESPERANZA 

El final del año suele ser un momento idóneo para hacer balance de  todo lo vivido y comenzar a fijar nuevos proyectos, objetivos y metas para  empezar con ilusión. 

CULPA 

Las celebraciones navideñas llevan a cometer excesos: comida,  alcohol, se trasnocha, se gasta mucho dinero, etc. Cuando se toma  conciencia de todo eso aparece el sentimiento de culpa y eso puede ayudar  a replantearse los objetivos y a que nos pongamos las pilas más rápido que  quizás en otros momentos del año. 

¿QUÉ HACER ENTONCES? ¿CÓMO ABORDAR LA NAVIDAD SI NO NOS  ENCONTRAMOS BIEN? 

  1. Lo primero es detectar lo que estás sintiendo, permitirte sentirlo reflexionar sobre qué es lo que hace que te sientas así. Si te sientes  alegre, triste, etc. Busca el ¿Por qué? No huyas de lo que sientes. 
  2. No presionarnos con la idea de que durante la Navidad todo el  mundo debe estar feliz. Lo importante es cómo te sientes TU y si estas  Navidades no estás tan feliz como te gustaría NO PASA NADA, es una  fecha más, que en esta ocasión te ha pillado torcido o con alguna  circunstancia dura. Hay que ACEPTAR la realidad y no intentar cambiarla. 

Intentar sentir lo que no sientes, te hará sentir peor de lo que ya estás y  terminarás agotándote. ¡RECUERDA! ESTÁS GASTANDO UNA  ENERGÍA QUE NO TIENES POR EL ESTADO EMOCIONAL EN EL QUE  TE ENCUENTRAS. ¡¡¡¡TÚ VERÁS!!! 

  1. Una vez que sepas el motivo por el que estás mal, debes buscar ayuda  para poder gestionar esa realidad, quizás te lleve tiempo asimilar y  superar esa realidad. 
  2. Si no te encuentras bien, es mejor que lo expreses y lo compartas con  tu entorno más cercano para no verte obligado a ir a contracorriente. 5. Otra forma de gestionar la tristeza es centrarte en los que SI están  contigo en esos momentos.
  3. No te generes compromisos. Queda con quien realmente te apetezca y  no con quien deberías quedar. Regala a quien realmente te apetezca y no  a quien deberías regalar. Felicita a quien realmente te apetezca y no a  quien deberías felicitar. 

La Navidad es una época de compromisos, esos compromisos generan  estrés, por lo tanto una forma de liberar tensión es despojarse de todos  esos compromisos que afectan a tu estado de ánimo.