¿PORQUÉ NOS MANTENEMOS EN SITUACIONES QUE NOS HACEN DAÑO?
“Cortometraje: la importancia de soltar y no apegarse”
Es más frecuente de lo que creemos, ver a personas aferradas a cosas que les hace daño, posiblemente sabiendo que tienen que soltar, pero son incapaces de hacerlo. La pregunta es ¿Por qué no soltamos lo que nos hace daño? Si el ser humano está programado para sobrevivir por su instinto de supervivencia… ¿Por qué no escapa de situaciones dolorosas? ¿Por qué no se salva? ¿Por qué no se defiende en determinados momentos?
¿Por qué continuamos en un trabajo, en una pareja, en una amistad, en una relación de padres o hijos que nos hace daño?
Algunas personas pensarán que no es fácil dejar ir por que hay “amor”, pero ¿realmente es así? Si tú estás sufriendo … ¿realmente estás manteniendo una pareja, una amistad, un trabajo, la relación con tus padres, etc., por amor? Si alguien me contestara que “si”, le preguntaría: ¿es mayor el amor que sientes por esa persona que el que sientes por ti mism@? ¿te has parado a pensar en el nivel de sufrimiento en el que estás inmers@?
Quizás la respuesta no es el “amor”, sino que más bien nos negamos a aceptar que a pesar de todo el esfuerzo, la ilusión y el tiempo que hemos dedicado a algo o alguien no ha funcionado, y nos empeñamos en seguir luchando. Esto es lo que se conoce como inversión emocional.
INVERSIÓN EMOCIONAL
Sería como negarse a abandonar un proyecto, una relación (de lo que sea), un trabajo, etc., por el simple hecho de haber invertido tiempo, esfuerzo y sentimientos en ello.
Ej. Imaginaos la persona que invierte en un negocio, pero no funciona. Entendemos que no solo ha invertido dinero, sino también esfuerzo, ilusión y tiempo, pero si la persona se niega a verlo seguirá invirtiendo y finalmente el desgaste y las pérdidas a todos los niveles será mayor.
Lo mismo ocurre en una relación de pareja. Al principio todas las relaciones son maravillosas. Sin embargo, cuando empieza a aflorar la verdadera personalidad de cada uno de los miembros es cuando la pareja empieza a darse cuenta de si son compatibles o no para construir un proyecto de vida juntos. Quizás el problema surge cuando a la persona no le gusta lo que ve, pero se empeña en mantener la relación. Quizás con la esperanza de que la otra persona cambie, de volver a experimentar la sensación del principio, etc. Puede que dos personas no encajen por caracteres diferentes, por tener formas diferentes de ver la vida, por tener proyectos de futuro distintos (uno quiere casarse y otro no; uno quiere hijos y otro no, uno piensa que la familia no debe invadir el espacio de la pareja y otro no lo ve tan importante; uno es detallista y otro no, etc.).
No se trata de que una forma sea mejor que otra, se trata de saber lo que uno quiere y que si no lo estás obteniendo (sea el ámbito que sea) debes dejar ir, pero eso hay que saber hacerlo.
El error es esperar lo que sabes que no va a llegar. Si desde que conoces a tu pareja no ha sido cariñosa no puedes pretender que lo sea.
¿PORQUÉ ES DIFÍCIL SOLTAR?
Aquí entra en juego nuestras creencias y pensamientos sobre:
– La situación que estemos viviendo. → Si pensamos que el matrimonio tiene que ser para toda la vida, que el amor todo lo puede, que tu ayuda lo va a hacer cambiar, etc.
– La inversión. → Para algunas personas aceptar que algo no funciona y que tienen que dejarlo ir es sinónimo de fracaso y de que el esfuerzo realizado no ha servido para nada.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que a veces retirarse es lo más inteligente, porque de eso va a depender nuestra estabilidad.
– Sociedad: la cantidad de mensajes que recibimos desde pequeños orientados a luchar y no abandonar, porque abandonar significa derrota o un abandono. Hay momentos en los que retirarse a tiempo es una victoria.
¿CÓMO PUEDO SABER SI ESTOY EXPERIMENTANDO EL EFECTO DE INVERSIÓN EMOCIONAL?
Cuando hay una lucha interna entre lo que sientes y lo que piensas: puedes estar sintiendo que ese proyecto, objetivo o meta ha llegado a su fin, pero eres incapaz de retirarte.
Ej. Puedes estar sufriendo en una relación y en el fondo sabes que tienes que poner punto y final, pero tu mente te dice que “no lo hagas” “como vais a dejarlo después de tantos años” “y las familias” “como voy a estar sol@” “, y si luego me arrepiento” “bueno tampoco es tan grave, hay relaciones peores”
…
Si los resultados esperados nunca llegan: si te esfuerzas, pero no consigues lo esperado debes replantearte cosas.
Cuando el desgaste que estás sufriendo no merece la pena: está claro que luchar por una meta requiere implicación y esfuerzo, pero cuando el desgaste es muy grande, y estoy obsesionado con la meta olvidando mi sufrimiento es conveniente preguntarse si es momento de parar.
Las circunstancias han cambiado: si estoy obsesionado con la meta y obvio que las circunstancias han cambiado, puedo estar esforzándome en vano. Por ello, hay que pararse y analizar de vez en cuando cuales son nuestros objetivos y si son alcanzables.
CÓMO ABORDARLO
- Obsérvate: cómo estás, cómo te sientes (si te notas apagad@, si te sientes desgastad@, pero no es un agotamiento físico sino un agotamiento mental, en el que sientes que faltan las fuerzas, que falta ilusión, te cambia el estado de ánimo, empiezas a sentir ansiedad, bajas tu rendimiento, empiezas a dudar de todo, vives con sentimientos negativos, te sientes solo, etc.
- Conecta con el dolor, no lo evites. Te va a ir dando respuestas de lo que necesitas en cada momento.
- Analiza qué crees que está provocando ese desgaste (trabajo, pareja, amistad, relación con tus padres, un familiar con una adicción o cualquier otra enfermedad, etc.).
- Replantéate qué significa para ti “soltar”. Hay que entender que “dejar ir” también forma parte de la vida, y que no siempre es negativo. No todas las inversiones que hacemos van a salir bien. Esto no quiere decir que no se pase mal, ya que es una reacción normal, sino que hay que saber gestionar ese dolor.
Si entendemos “soltar” como una forma de DETENER una situación dolorosa, que te desgasta, que te mantiene en una lucha continua y en un estado de alerta continuo y NO como una pérdida o como una forma de DETERNOS NOSOTROS, nos sentiremos tranquilos, seguros y con la sensación de haber tomado una decisión sensata y honesta con nosotros mismos.
Hay que tener en cuenta que una cosa es rendirse y otra saber que fue suficiente.
- Muchas veces en la lucha incesante está el fracaso de no haber parado a tiempo.
- Piensa como eras tú, qué te gustaba o que proyectos tenías antes de que ese proyecto, esa situación o esa persona apareciese en tu vida. 7. Piensa que todo pasa, y para ello se requiere tiempo. Cuando sientas mucho dolor, recuerda otras situaciones del pasado que hayan sido duras y de las que has salido.
“El dolor es inevitable el sufrimiento es opcional” (Buda).