14 March 2023  /  María Arévalo

En algunos programas nos hemos enfocado en las relaciones de pareja y  se han abordado conceptos como: ¿qué es el amor?; la responsabilidad  afectiva; el ghosting; el síndrome de Peter pan y Wendy; los celos, etc.,  incluso la filofobia (miedo a enamorarse). Pues bien, continuando en este  ámbito me gustaría centrarme en el concepto de relaciones líquidas

¿QUÉ SON LAS RELACIONES LÍQUIDAS? 

Este concepto fue acuñado por el sociólogo Bauman y se puede aplicar  tanto al ámbito de la pareja, como al ámbito laboral y al de las amistades, y las  define como: 

  • Vínculos basados en la atracción física más que en la conexión  profunda. 
  • Vínculos muy frágiles: Las personas que buscan este tipo de relaciones  suelen tirar la toalla ante el primer problema y se embarcan rápidamente  en una nueva relación en busca del placer inmediato. 
  • Marcados por el individualismo, en los que ambos miembros de la pareja  buscan el placer inmediato y satisfacer sus necesidades. 
  • Hay una incongruencia, ya que por un lado la persona desea establecer  un vínculo fuerte, pero al mismo tiempo desea mantenerlo lo  suficientemente flojo para poder desatarlo rápidamente y sin esfuerzo en  caso de que la relación no vaya bien.  
  • En realidad, se evita el compromiso por un miedo intenso al sufrimiento en caso de que la relación termine y miedo a asumir responsabilidades o  a perder la libertad a largo plazo. 

Hay algunas frases que reflejan muy bien este tipo de relación: 

“Me gustas, pero no quiero nada serio” 

“Me estoy enganchando así que vamos a dejarlo” 

“No veo necesario que tengamos que definir lo nuestro” 

“El amor no es para siempre” 

“Sin ataduras mejor”

¿POR QUÉ SE DAN LAS RELACIONES LÍQUIDAS? 

  • Sociedad: según Bauman, la sociedad actual cambia de forma rápida, y  de alguna forma nos “exige” / “presiona” para que nos adaptemos a esos  cambios y a las nuevas formas de relacionarnos. La inmediatez y la  búsqueda del placer, algo muy común en la sociedad actual, contribuye a  que los vínculos sean frágiles. 
  • Mala interpretación de las relaciones de pareja: Si sumamos la palabra  “efímero” y “amor” aparecen los “amigos con derecho a roce”. Como se  ha dicho antes son relaciones que se quedan con lo placentero y  desechan lo malo (discusiones, compromiso, estar en los malos  momentos cuando alguien te necesite, evadir responsabilidades, etc.). Un  estudio afirma que el 45, 4% de una muestra de 2000 personas, es decir,  casi la mitad tiene una relación de este tipo. 

Hace algunos programas hablábamos de la responsabilidad afectiva,  porque las personas pensaban que aquellas relaciones que no están  formalizadas son un “todo vale” y no es así, ya que cualquier vínculo debe  construirse de forma ética y cuidando a todas las partes. 

  • A su vez, eso no solo hace que tengas “relaciones líquidas” sino que  termines desarrollando una “identidad líquida” en la que la persona  aparentemente parece fuerte, pero por dentro es frágil y con dificultades  para gestionar sus emociones. Llega un momento en el que la persona se  deja llevar por este tipo de relaciones creyendo que es feliz, pero termina  sintiendo un vacío y una insatisfacción constante, al producirse una  desconexión emocional consigo misma. 

PERFIL DE LAS PERSONAS QUE DESARROLLAN ESTAS RELACIONES 

  • Falta de empatía: uno de los miembros de la relación actúa con poca  responsabilidad afectiva al no acompañar ni apoyar a la otra persona en  sus malos momentos. Solo busca su beneficio y mira por su interés. 
  • Esta forma de actuar afecta al otro miembro de la relación generando  inseguridades en él/ella, al no entender porqué se comporta de esa 

forma o porqué no muestra el mismo interés, incluso puede llegar a buscar  la “culpa” o el “porqué” dentro de sí mismo/a. 

CÓMO VOLVER A LAS RELACIONES SÓLIDAS. 

Hay que decir que no todo el mundo busca relaciones líquidas, aunque el  porcentaje sea alto, pero en caso de encontrarse en una relación de este tipo  sería conveniente: 

  1. Trabajo personal: conecta contigo mismo, con lo que quieres, con lo que  sientes y necesitas. Solo cuando conectamos con nosotros mismos  somos capaces de conectar con los demás. 
  2. Modifica tu percepción de las cosas: piensa si valoras más la cantidad  que la calidad de tus relaciones. No es tan importante cuantas parejas has  tenido, sino la calidad de esas relaciones. 
  3. Tienes que aprender a comprometerte (trabajando los miedos y  razonándolos). Hay que aprender que el compromiso y la responsabilidad  no son negativos. 

Es más importante prestar atención a lo que damos que a lo que  recibimos. 

«Vivimos en un tiempo que se escurre por las manos, un tiempo líquido en  que nada es para persistir. No hay nada tan intenso que consiga  permanecer y convertirse verdaderamente necesario. Todo es transitorio. 

Tiempo en que las relaciones comienzan o terminan sin contacto alguno.  Analizamos al otro por sus fotos y frases de efecto. No existe el intercambio  vivido. Experimentamos al mismo tiempo un aislamiento protector  vivenciando una absoluta exposición. 

Tiempos en que se vive en secreta angustia, el cuerpo se inquieta y el alma  sofoca. 

Hay vértigo impregnando las relaciones, todo es vacilante, todo puede ser  deleteado: el amor y los amigos» 

(Zygmunt Bauman)